Se acercan cada vez más los días de verano: de piscina, playa, cremas solares y sol, mucho sol. Por eso, en Orgreen queremos darte algunas recomendaciones para mantener tus joyas en buen estado durante tus vacaciones.
En esta ocasión hablaremos sobre las joyas de oro de al menos 18 quilates y las piedras preciosas y semipreciosas ya que es con lo que trabajamos nosotros. Aunque estas piezas son para toda la vida, es decir, no se oxidan ni se decoloran, hay que tomar algunas recomendaciones para mejorar su estado a lo largo del tiempo. El oro es un metal noble que, por su composición química es muy estable, resistente a la corrosión y a la oxidación. Por lo que el sudor, el agua del mar o el cloro de la piscina no le afectan.
Aunque el oro sea inalterable y no le afecta el cloro ni la sal, sí se puede ver erosionada por la arena. En el caso del oro blanco o rosa sí tendremos que tener más cuidado ya que normalmente tienen un baño de rodio para resaltar el color, así que no tiene el mismo aguante a los elementos que el oro amarillo.
Por otro lado, no es aconsejable llevar puesto ni gemas preciosas ni metales dorados en oro para la playa o la piscina. Las primeras, sobre todo, las de origen orgánico, sufren mucho con el contacto del sudor, agua del mar y clorada. Las que son minerales, son más duras, pero algunas incluso pueden cambiar de color a la larga con una larga exposición al sol como algunos topacio de color. En el segundo caso, se comportan como ya hemos visto con el oro blanco y rosa.
En definitiva, si vas a la playa o a la piscina es mejor que guardes tus joyas en un lugar seguro y seco porque aunque sean inalterables en el caso de las joyas de alta calidad, mejor no perderlas ni que reciban ninguna ralladura.